[Con intención de reactivar la economía y la marca España andamos en reformas. Disculpen si le desahuciamos, expropiamos o simplemente le jodemos. Mientras seguiremos hablando..]

25.2.11

¿lo mando al hospital?

en muchos servicios de urgencias del hospital en ocasiones se tiene la sensación de que los médicos de familia que están de guardia en los centros de salud derivan absolutamente todo lo que les llega para que sea valorado al hospital, quitándose de toda responsabilidad en el manejo del paciente. Obviamente, eso dista mucho de ser así (aunque pueda haber quien incluso conciba la derivación al hospital como un castigo para el paciente "que ha venido por una tontería" -obsérvese que el concepto "tontería" siempre lo decide el médico, faltaría más-).
Para mi, una de las cosas más interesantes de las guardias en los centros de salud que están a unas decenas de kilómetros del hospital es el manejar la incertidumbre de si el paciente puede esperar a la mañana siguiente para que lo vea su médico o debe ir en ese momento al hospital; además, generalmente comparto esa incertidumbre con el paciente.
Esta noche ocurrió eso, a las 23.00 llegó un paciente al centro de salud, con unos síntomas y signos que hacían pensar en algo no urgente (entendido como riesgo vital) pero sí potencialmente agravable... ¿y ahora qué? a veces bajarse de la silla y contar tus dudas al paciente hace que éste empatice contigo tanto (o más) como tú puedas empatizar con él. En este trabajo incluso cuando uno está solo somos dos.
Fue al hospital. Allí sigue.


amanecer tras la ventana escarchada del coche de vuelta a casa tras la guardia

24.2.11

II Jornadas Farmacriticxs 2 Marzo UAM

"... pero el silencio no basta..." y como es así os invitamos a que acudáis a las II Jornadas Farmacriticxs de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) que tendrán lugar el próximo día 2 de marzo de 2011.

Ahí tenéis el cartel... Adrastea_Quiesce y un servidor estarán por allí...

[este mes también se celebrarán las Jornadas Farmacriticxs de Bilbao y en abril las de Granada, así que aprovecharemos este mes para intensificar la información acerca de este tema en el blog...]

18.2.11

como burros tras zanahorias

La historia es siempre la misma para los licenciados de las últimas generaciones, tras la formación universitaria sales al mercado laboral y empiezas haciendo trabajo que no requiere ningún tipo de cualificación, donde a veces ni te pagan, por horas o días sueltos y con unas condiciones contractuales que convierten a Kunta Kinte en un burgués.

En mi caso, en el maravilloso mundo de la Medicina Familiar y Comunitaria uno hace su carrera de Medicina (6 años, por lo menos), su especialidad (4 años) y luego le invitan a comenzar un periplo por diferentes contratos de exigua duración y cuyo parecido con la esencia de la especialidad que ha cursado no es más que una coincidencia (recordemos el mantra tantas veces repetido polivalencia-accesibilidad-longitudinalidad-.
Y uno se pregunta... ¿y por qué casi todo el mundo acepta esos contratos?... razones hay varias, aquí hay algunas:

- porque no somos más que burros que caminan persiguiendo una zanahoria atada a un palo... una zanahoria llamada "plaza fija".
- porque aún predomina una visión dicotómica del campo de juego, según la cual "o estás con nosotros o estás contra nosotros", de forma que el que decide buscar la estabilidad laboral en otro campo se convierte en un disidente al que se le puede espetar en cualquier momento que ha abandonado el barco de la Medicina de Familia.
- porque es lo que vemos que les pasa a nuestros amigos; el arquitecto se convierte en delineante durante años, la licenciada en turismo hace fotocopias,...

En un sistema que perpetúa la idea de que para tener un buen trabajo antes hay que comer mucha mierda, salirse de ese camino lineal con origen en el suburbio laboral y destino en quien-te-asegura-a-ti-que-vayas-a-tener-una-plaza-fija-por-decir-que-sí-a-todo es uno de los pocos actos de Independencia y Libertad que nos quedan...

...quién sabe dónde acabaremos cuando la residencia termine, pero allá donde sea el ideario defendido será el mismo y el deseo de cambio será mayor...

16.2.11

En los noventa no se llamaba bullying

Les conoces. Son esos hijos de puta que te hicieron llorar en el colegio, en el parque o al salir de inglés. Son Marta González y Lucía Arenal chismorreando en clase y riéndose de ti, viniendo a comentarte que no te invitan a su cumpleaños porque su madre sólo les deja invitar a 16; son Guillermo del Barrio y Nacho Acero convenciendo a los demás de que si se meten contigo no se meterán con ellos; son los borregos mirándote mal por aparecer escayolado después de que Chuti tirara con ese balón a dar y te hiciera un precioso tallo verde en el radio, “pero es que si Don Antonio ve la escayola le va a regañar”. Es tu incomprensible ilusión cuando Nacho García, que te puteó hasta la saciedad en el colegio, años más tarde va y te agrega al facebook. Y tú, que eres memo, vas y le agregas porque, por fin, aunque haya caducado, te han admitido entre ellos.

Son esos hijos de puta que, además de pequeños, son malos; que cimentan su identidad en amedrentar a otros, los matones, las arpías, los que arrastran a la masa, los que se apropian del sonido “risa del grupo” y lo convierten en zarza.

Pasan los años, algunos toman de su propio remedio y reculan, otros cambian de bando porque sí, otros pierden fuelle y se desdibujan en la masa, pero algunos siguen siendo los mismos hijos de puta de siempre.

Como los demás somos mayoría han aprendido a disimular, han afinado objetivos, en el mundo que ya no se limita a los 30 de clase se puede escoger. Y escogen a sus pringados favoritos, de los que tienen que reírse para poder convencerse cada día de que siguen siendo “los que molan”.

Los tenemos en medicina también, cómo no. Estos, eso sí, no suelen meterse con los empollones (sólo faltaba). Escogen más bien al rarito, al que no habla, al que no encaja. Lo buscan, ya de mayores, en los hospitales.

Allí, claro está, cómo cebarse con el personal (que ellos creen) “inferior”, con lo sabiamente que han sabido blindarse. Cómo cebarse con el paciente habitual, que puede denunciarles o que podemos ser todos, ellos mismos, sus familiares. No, no. Tienen que escoger a alguien Débil. Y entre otros (des)afortunados hay un candidato a saco de boxeo que siempre pisa fuerte: el paciente psicótico. Ese cronicazo con gafas de culo de vaso que viste de esa forma tan atroz, esa mirada fija malrollera, ese movimiento incesante de boca buscando la saliva que secó el neuroléptico, esa respuesta inesperada de aquel primer brote que parece como tú o como yo, ese contacto desasosegante que hace que no sepas si te está escuchando o qué carajo te va a contestar. ¿Cómo no cebarse con él? No va a quejarse.

Funcionan entonces como adultos razonables en su vida y práctica habituales, pero recuperan la mala hostia de Lucía Arenal cuando encuentran una nota de psiquiatría en los antecedentes, cuando pides una valoración somática para un psicótico.

Son pocos, son los menos, pero hacen todo el ruido que pueden. Ponen una y mil excusas para no ver a esos pacientes, le despotrican a sus compañeros normales, esos que son mayoría y simplemente sienten desconcierto ante un paciente distinto al habitual, sin mayor (ni per)juicio. Pero ellos no. No entienden que un psicótico necesite una cama de urgencia y lo comentan jocosos, cerca de él, a ver si con suerte lo oye. Manifiestan su rechazo sin pudor alguno, en la Urgencia, en el café, en sus blogs, mientras construyen su kit de Nancy Especialista, buscando las risitas cómplices contra el diferente, coro de risas que les recuerden que ellos son los “pro”, los que deciden a quien se desprecia, la pandilla alfa, esa gente normal y guay a la que todos los médicos se desvivirían por atender lo mejor posible, esa gente que nunca generaría rechazo por sus antecedentes.

Terror-de-posible-mala-praxis-por-dejadez aparte, pue confiamos en la mayoría sensata; cuando estos cretinos pasean ufanos su repulsa sólo viene una cosa clara y límpida a la mente: detrás del rechazo al diferente, al raro, al discordante, sólo hay un pozo de mierda personal que brota cuando os miráis al espejo, necesitando despreciar a otros para reafirmaros.

Ya me jodería ser como vosotros.

14.2.11

Una lección de Medicina (E. Galeano)

Rubén Omar Sosa escuchó la lección de Maximiliana en un curso de terapia intensiva, en Buenos Aires. Fue lo más importante de todo lo que aprendió en sus años de estudiante.
Un profesor contó el caso. Doña Maximiliana, muy cansada por los trajines de una larga vida sin domingos, llevaba unos cuantos días internada en el hospital, y cada día pedía lo mismo:
-Por favor, doctor, ¿podría tomarme el pulso?
Una suave presión de los dedos en la muñeca, y él decía:
-Muy bien. Setenta y ocho. Perfecto.
-Sí, doctor, gracias. Ahora por favor, ¿me toma el pulso?
Y él volvía a tomarlo, y volvía a explicarle que estaba todo bien, que mejor imposible.
Día tras día, se repetía la escena. Cada vez que él pasaba por la cama de doña Maximiliana, esa voz, ese ronquido, lo llamaba, y le ofrecía ese brazo, esa ramita, una vez, y otra vez, y otra.
Él obedecía, porque un buen médico debe ser paciente con sus pacientes, pero pensaba: Esta vieja es un plomo. Y pensaba: Le falta un tornillo.
Años demoró en darse cuenta de que ella estaba pidiendo que alguien la tocara.

Eduardo Galeano
("Bocas del tiempo")

10.2.11

Prólogo de una rotación

"Muchas veces debemos cambiar todos nuestros conceptos, no solamente los
conceptos generales, los conceptos sociales y filosóficos, sino también, a veces,
los conceptos médicos, y veremos que no siempre las enfermedades se tratan
como se trata una enfermedad en un hospital, en una gran ciudad; veremos
entonces cómo el médico tiene que ser también agricultor, un poco
pedagogo...como tendremos que ser políticos también; como lo primero que
tendremos que hacer no es ir a brindar nuestra sabiduría, sino ir a demostrar
que vamos a aprender con el pueblo"

(palabras de un médico, asmático y pensador argentino... seguramente ya fueran recordadas aquí estas palabras... seguramente lo volverán a ser muchas veces más...)



Javier Padilla Bernáldez
http://medicocritico.blogspot.com

9.2.11

yo y mis relaciones fraternales

Representante farmacéutico (RF): "Hola, doctor, puedo presentarle un momento unas cosillas?"

Javi (J): Hola, mi nombre es Javier, soy el residente de XXXXX, y la verdad es que no tengo costumbre de recibir a los representantes farmacéuticos.

RF: Ah...eh... bueno, ¿le importaría que le preguntara por qué?

J: No, claro que no me importa, no los recibo porque considero que mi formación sobre medicamentos ha de ser independiente de la industria en la medida que esto sea posible; además, como estoy en horario de trabajo y me están pagando por ello, creo que debo invertir este tiempo en hacer cosas relacionadas con mis pacientes o formándome de otra forma.

RF: Ah, vale, muy amable.

J: Igualmente, hasta luego.

8.2.11

Aborto farmacológico: características generales y experiencias de uso en Atención Primaria.

A continuación os pongo la presentación de la sesión clínica que he presentado hoy en el servicio de Ginecología del Hospital de Valme. Así mismo, os pongo también un texto que he escrito para hacer el tema algo más comprensible.



Aborto farmacológico. Características generales y experiencias de uso en Atención Primaria

6.2.11

Desmedicalizando vía literaria

"I'm claiming the right to grow old and ugly and impotent; the right to have syphilis and cancer; the right to have too little to eat; the right to be lousy; the right to live in constant apprehension of what may happen tomorrow; the right to be tortured by unspeakable pains of every kind"

Aldous Huxley

4.2.11

Hablando de Farmacriticxs en la radio

Pues sí, el martes el que esto escribe tuvo la oportunidad de poner voz a todxs lxs más-que-Geniales miembros de Farmacriticxs.
La entrevista se puede escuchar en el siguiente enlace (teniendo paciencia al cargar y adelantando la entrevista hasta el minuto 17)

Intervención en Radio ONA-Mallorca

[halagado me hallo por la delegación en mi de tremenda responsabilidad... poner voz a quien grita Bien (y) Alto]